Después de un mes y medio de desencuentros, enfermedades y llantos llegó el finde del amor.
Comida rica, pile, abrazos, besos en el agua, todo se disponía a que por fin íbamos a volver a cojer.
Nos clavamos una entrevista espectacular a Welles, comimos rico, nos empezamos a dar besos hot, me empecé a calentar, sí señores, solo con los besos de mi novio de hace 2 años, insólito. Ya la cosa no funcionaba robótica y rutinariamente, pensé esta es mi noche.
Tuvo un atisbo de decirme “tengo la milanesa en la garganta” le dije “que milanesa ni milanesa, vení potro salvaje” Se llevó las bandejas, yo me acomodé lista para la guerra sexual, vuelve, me da dos besos en el cuello y se queda dormido.
Y aquí me encuentro, sábado 3am, mis amigos en una fiesta, mi novio que perdió la libido por mí durmiendo y yo acá escuchando Fito Paez.
Cuidate que me volvés a rechazar y me voy a garchar a cualquier idiota que ande en pija por ahí
Espacio de sublimación para mujeres manijas del mundo de hoy
sábado, 7 de febrero de 2015
miércoles, 18 de julio de 2012
Otras maneras de manijear...
Una manija en un avión:
Avion rumbo a
barcelona. Escala en madrid. Estoy sola en uno de estos por primera vez. Es de
día. Las horas no tienen mucho sentido. Creo que estoy acá hace diez horas pero
solo pasaron cuatro. Faltan siete. Debo haber dormido algo pero no se cuanto. Tal
vez solo media hora.
Me gusta escuchar
música fuerte con gente alrededor. Me siento atravesando algo. Yo puedo
escuchar algo que los otros no. Es como si yo estuviera dentro de la película y
el resto no. El resto es público. Yo soy ficcion y el resto es realidad. O al
revés. Exactamentete lo contrario. Lo único real soy yo, de eso puedo dar fe,
en cambio los otros no lo se.
El avión ene el que
viajo debe tener un setenta por ciento de pasajeros por encima de los 70 años.
Claro está que esto es estimativo, pero nunca me había pasado de ver tanta
gente grande junta en un avión. Habrá algun tipo de descuento o promoción para
jubilados? Puede ser.
En medio de este
contexto yo saco mi computadora portatil plateada mac, enchufo los auriculares
a la computadora y pongo la musica más moderna que tengo. Nunca me sentí tan
cerca del siglo XXI. Me miran como si manejara algo que nadie en este avión
maneja. La señora de al lado al verme con mi mac book sobre la mesita que sale
del asiento de adelante se quedó impactada. No pudo evitar ponerse a hacer
comentarios con su compañera de al lado y a los pocos segundos se animó y me lo
preguntó. Tenés internet acá? Me reí tiernamente y le expliqué que no. No
estaba tan cerca del siglo XXI.
Es raro viajar de dia.
No se si lo había hecho saliendo tan temprano. Y sola todo es más raro pero me
gusta. Me gusta viajar sola. Me siento escapando. Aunque tenga un pasaje de
vuelta para dentro de 23 días algo de adrenalina me corre por el cuerpo.
Como seré de vieja?
Me cuesta tanto imaginarme a esa edad. No me tengo nada de fe en algún punto. Aunque
también siento como cierta esperanza….como si no creyera del todo que mi vida
pueda ser una mierda. Eso no se si es bueno o malo. Por un lado tengo una
tremenda inseguridad y por momentos muchísima convicción respecto a lo mediocre
de mi ser pero al mismo tiempo considero que en el fondo soy especial y que
algo bueno me tiene que deparar el destino. Porque no va a ser así si fue lo
que siempre me dijo mi mamá. Y mi papá. Claro, ahí está el tema. Soy el
producto de un capricho. De una educación caprichosista. Me hicieron creer que
nada malo me podía pasar y ahora estoy cagada.
Lo loco es que siga
creyendo eso cuando ya me pasaron algunas cosas bastante desagradables…pero es
inutil. Creo caprichosamente que mi destino es el éxito y la felicidad.
No se que me pasa con
la vejez. Me cuesta creer que pueda estar muy buena. Tal vez uno puede ser
feliz, y hay quien tal vez es más feliz a los 70 que a los 30 pero de todas
maneras no me convence el asunto. No me gusta la idea de ser vieja. Ojo, no me
quiero morir, quiero vivir muchos años, lo que de por si me va a traer como
consecuencia ser vieja pero bueno, insisto, no me gusta. El cuerpo, la voz, el
cansancio. Me angustia. Falta mucho todavía para que piense en eso no…pero es
medio desesperante saber que va a llegar. Tarde o temprano va a llegar. Y si no
llega es porque algo mucho más jodido ocurrió. No hay escapatoria. Uno nace
preso. Nacés y ya estás condenado a morirte. Con esto no estoy haciendo ninguna
defensa de la inmortalidad, siempre me pareció el peor castigo posible, pero
convengamos que vivir siempre sabiendo que nos vamos a morir es una freakeada
total.
Son las 7 y media de
la tarde en mi reloj biológico. Y es como si ya me hubiera dormido media horita
de siesta sumado a lo bien que descansé anoche, porque como una pelotuda me
dormí todo. Me agarrará sueño en algún momento? Lo siento improbable la verdad,
y ya me empieza a agarrar cierta desesperación. Siete hroas más en este
cilindro del demonio. Encima parece un boliche de solos y solas para jubilados.
Todos los ancianos están parados haciendo sociales. Que es esto? Un club?
Para mi que si hubo
alguna promoción para gente mayor. SI no es demasiado raro esto.
Me parece que el
piloto escuchó mis pensamiento y mandó la señal de abrocharse los cinturones.
Ahora todos los viejitos tuvieron que volver a sentarse tranquilitos en sus
mini asientos. Se terminó la joda. Estamos atravesando zona de turbulencias.
Upa! Se empezaron a sentir un poquito. Tal vez debería ir eligiendo a quien me
voy a abrazar si pasa algo. Me tengo que abrazar a alguien? Recién hice una
mirada a mi alrededor y la verdad que no había nadie muy tentador. Por suerte
las turbulencias se están calmando. Tal vez no sea necesario toquetiarme con
nadie. Mejor.
Bueno, manejo un 34
por ciento de batería y casi siete horas de viaje solo hasta madrid. Después me
tengo que bancar una de espera y un par más hasta barcelona. Por lo tanto voy a
guardar esta poca energía que me queda para otro momento de desesperación. Me
despido por ahora. Uh…recién casi vomito. Ojalá no sea lo último que escriba.
Si es así no estuvo tan mal, al menos me divertí. Me voy con las turbulencias a
full.
miércoles, 7 de marzo de 2012
Loca loca
lo gratificante de que tu analista llame a tu amante "necesaria válvula de escape"
no se compara a nada.
Gracias capo.
no se compara a nada.
Gracias capo.
sábado, 4 de febrero de 2012
chat- ito
si al decirle "hola"
te dice "potra!, qué ganas de darte contra una pared"
es porque algo ayer hiciste bien, tranqui.
te dice "potra!, qué ganas de darte contra una pared"
es porque algo ayer hiciste bien, tranqui.
jueves, 2 de febrero de 2012
Te hacés la tontina, no?
Entonces cuando te explica cortito y al pie porqué no tienen que hablarse más
y porqué basta del jueguito éste que me quema el paty, y el chat y la camarita y las pelotas tristes
decís...fah, la pucha eh!
pero lo entendés joya.
El tema es que al día siguiente ya no lo entendés muy bien y lo llamás para que te lo explique.
y porqué basta del jueguito éste que me quema el paty, y el chat y la camarita y las pelotas tristes
decís...fah, la pucha eh!
pero lo entendés joya.
El tema es que al día siguiente ya no lo entendés muy bien y lo llamás para que te lo explique.
lunes, 23 de enero de 2012
Arengue a la Manija
Amigas manijas,
qué pasó con la manija?!
Dónde están esas historias de desamor y paranoia, de sexo y picardía, de trampa y avenidas,de encuestas y oróscopos e instantaneidad manija?
se las extraña por el mundo de la revelación de las miserias de los sexos (y a veces de fantasías)
con este arengue a la manija me despido
hasta pronto
re manija
qué pasó con la manija?!
Dónde están esas historias de desamor y paranoia, de sexo y picardía, de trampa y avenidas,de encuestas y oróscopos e instantaneidad manija?
se las extraña por el mundo de la revelación de las miserias de los sexos (y a veces de fantasías)
con este arengue a la manija me despido
hasta pronto
re manija
jueves, 8 de diciembre de 2011
una dul zu ra
el momento en que tu amigo puto te dice: mirá que soy raro, trola eh, cualquier cosa que me clava la mirada me la cojo asi que, guarda!!!
y yo pienso: qué divinos estos putos, son un plato.
y yo pienso: qué divinos estos putos, son un plato.
miss inmoral
"a mi me gusta estar de novia, adoro el amor, pero cada tanto me comería un choripán en la costanera, qué queré que te diga?"
miércoles, 30 de noviembre de 2011
Ellos (también padecen)
por Charles Warnke
publicado en el blog Punctuate This!.
Categoría: Relatos
Salí con una chica que no lee. Encontrala en medio de la mugre de un bar del bajo. Encontrala en medio del humo, de la transpiración de los borrachos y de las luces psicodélicas de un boliche de lujo. Donde sea que la encontrés, descubrila sonriendo y asegurate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Encandilala hablándole de trivialidades; usá las típicas frases de conquista y reíte por dentro. Sacala a la calle cuando los bares y los boliches ya hayan cerrado; ignorá la fatiga que sentís. Besala bajo la lluvia y dejá que la luz tenue de un farol de la calle los ilumine, así como viste que pasa en las películas. Hacele un comentario sobre el poco significado que tiene todo eso. Llevátela a tu departamento y despachala luego de hacerle el amor. Curtítela.
Dejá que la especie de contrato que sin darte cuenta creaste con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubrí intereses y gustos comunes como las pastas o la música pop, y construí un muro impenetrable alrededor de todo eso. Hacé del espacio común un bastión sagrado y regresá a él cada vez que el aire se vuelva pesado o las veladas se estiren demasiado. Hablale de cosas sin importancia y pensá poco. Dejá que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponele que se mude a vivir con vos y dejala que decore la casa. Peleate con ella por cosas insignificantes como que la cortina de la ducha tiene que estar siempre cerrada para que no se llene de moho. Dejá que pase un año sin que te des cuenta. Empezá a darte cuenta.
Llegá a la conclusión de que probablemente tendrían que casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invitala a cenar a un restaurante fashion en Puerto Madero y asegurate de que tenga una linda vista. Pedile al mozo que le traiga la copa de champán con el anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponele matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad que puedas juntar. No te preocupes si sentís que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho; y si no sentís nada, tampoco te preocupes. Si hay aplausos, dejá que terminen. Si llora, sonreí como si nunca hubieras estado tan feliz; y si no lo hace, igual sonreí.
Dejá que sigan pasando los años sin que te des cuenta. Armate una carrera en vez de conseguir un trabajo. Comprate una casa y tené dos lindos hijos. Tratá de criarlos bien. Equivocate a menudo. Caé en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufrí la típica crisis de los cincuenta. Envejecé. Sorprendete por tu falta de logros. En ocasiones sentite satisfecho, pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas que hagas, tené la sensación de que nunca vas volver, o de que el viento puede llevarte. Contraé una enfermedad terminal. Morite, pero solamente después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera sentido; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también va a morir arrepentida porque su capacidad de amar nunca generó nada.
Hacé todas estas cosas, mierda, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hacelo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hacelo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una necesidad alcanzable, en vez de algo maravilloso pero ajeno a vos. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espeso e inerte de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama demasiado. Un vocabulario, carajo, que hace de mi sofística vacía un truco berreta.
Hacelo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le enseñó que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo continuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya hecho sus valijas y pronunciado un adiós inseguro. Tiene claro que en su vida no voy a ser más que unos puntos suspensivos y no una etapa; y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.
Salí con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Tendrá paciencia en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues ya se ha despedido de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.
No salgas con una chica que lee porque ella ha aprendido a contar historias. Vos, con tu Joyce, con tu Nabokov, con tu Woolf; vos en una biblioteca, o parada en la estación del subte, tal vez sentada en la mesa de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Vos, la que me hizo la vida tan difícil. La lectora ha desenredado la madeja de su vida y la ha llenado de sentido. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Vos, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero yo soy débil y te voy a fallar porque vos soñaste, como corresponde, con alguien mejor que yo y no vas a aceptar la vida que te describí al inicio de este texto. No te vas a resignar a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser contada. Por eso, andate de acá, chica que lee; tomate el siguiente tren que te lleve al sur y llevate a tu Cortázar con vos. Te odio, de verdad te odio.
Dejá que la especie de contrato que sin darte cuenta creaste con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubrí intereses y gustos comunes como las pastas o la música pop, y construí un muro impenetrable alrededor de todo eso. Hacé del espacio común un bastión sagrado y regresá a él cada vez que el aire se vuelva pesado o las veladas se estiren demasiado. Hablale de cosas sin importancia y pensá poco. Dejá que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponele que se mude a vivir con vos y dejala que decore la casa. Peleate con ella por cosas insignificantes como que la cortina de la ducha tiene que estar siempre cerrada para que no se llene de moho. Dejá que pase un año sin que te des cuenta. Empezá a darte cuenta.
Llegá a la conclusión de que probablemente tendrían que casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invitala a cenar a un restaurante fashion en Puerto Madero y asegurate de que tenga una linda vista. Pedile al mozo que le traiga la copa de champán con el anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponele matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad que puedas juntar. No te preocupes si sentís que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho; y si no sentís nada, tampoco te preocupes. Si hay aplausos, dejá que terminen. Si llora, sonreí como si nunca hubieras estado tan feliz; y si no lo hace, igual sonreí.
Dejá que sigan pasando los años sin que te des cuenta. Armate una carrera en vez de conseguir un trabajo. Comprate una casa y tené dos lindos hijos. Tratá de criarlos bien. Equivocate a menudo. Caé en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufrí la típica crisis de los cincuenta. Envejecé. Sorprendete por tu falta de logros. En ocasiones sentite satisfecho, pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas que hagas, tené la sensación de que nunca vas volver, o de que el viento puede llevarte. Contraé una enfermedad terminal. Morite, pero solamente después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera sentido; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también va a morir arrepentida porque su capacidad de amar nunca generó nada.
Hacé todas estas cosas, mierda, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hacelo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hacelo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una necesidad alcanzable, en vez de algo maravilloso pero ajeno a vos. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espeso e inerte de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama demasiado. Un vocabulario, carajo, que hace de mi sofística vacía un truco berreta.
Hacelo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le enseñó que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo continuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya hecho sus valijas y pronunciado un adiós inseguro. Tiene claro que en su vida no voy a ser más que unos puntos suspensivos y no una etapa; y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.
Salí con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Tendrá paciencia en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues ya se ha despedido de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.
No salgas con una chica que lee porque ella ha aprendido a contar historias. Vos, con tu Joyce, con tu Nabokov, con tu Woolf; vos en una biblioteca, o parada en la estación del subte, tal vez sentada en la mesa de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Vos, la que me hizo la vida tan difícil. La lectora ha desenredado la madeja de su vida y la ha llenado de sentido. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Vos, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero yo soy débil y te voy a fallar porque vos soñaste, como corresponde, con alguien mejor que yo y no vas a aceptar la vida que te describí al inicio de este texto. No te vas a resignar a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser contada. Por eso, andate de acá, chica que lee; tomate el siguiente tren que te lleve al sur y llevate a tu Cortázar con vos. Te odio, de verdad te odio.
Ilusiones de carácter
Está decidido: a mi próximo novio le voy a decir: "te jodió? bueno tenía ganas de borrarme del planeta y hacer la mía, men...no te gustó?... curtite"
Al actual por ahora prefiero seguir diciéndole: "uuuuhhhhhh perdón mi amor, no me di cuenta, soy una tarada"
Al actual por ahora prefiero seguir diciéndole: "uuuuhhhhhh perdón mi amor, no me di cuenta, soy una tarada"
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